Manmin significa "toda creación. Todas las naciones, todas las personas."
Así, que el ministerio de Manmin es predicar el Evangelio de Jesucristo a todas las naciones ya todos los pueblos de la creación de Dios.
El Rev. Dr. Lee nació en Muan, Jeollanamdo, Corea del Sur en 1943.
Fundó la Iglesia Central Manmin con 9 adultos y 4 niños en 1982, desde entonces la iglesia ha crecido constantemente. Desde la fundación de la Iglesia, las obras de sanidad divina se han visto en el ministerio del Dr. Jaerock Lee.
Manmin llego a ser caracterizada por la llenura del Espíritu Santo y continúo creciendo hasta llegar a ser una mega iglesia. En 1993 fue seleccionada como una de las 50 Iglesias más grandes del mundo por una revista cristiana de los Estados Unidos. En reconocimiento de su ministerio el Dr. Lee ha sido premiado con el Doctorado Ministerial por el Seminario Teológico de Kingsway, Iowa, Estado Unidos en 1996.
Desde el año 2000, el Rev. Dr. Lee ha sido reconocido como un predicador mundial, tomando la delantera en la conducción de cruzadas en el extranjero donde miles y a veces millones de personas se han reunido. Algunos de estos eventos han sido documentados por CNN.
Después de las cruzadas en el extranjero realizadas en Tanzania, Argentina, Uganda, Japón, Pakistán, Kenya, Las Filipinas, Honduras, La India, Rusia, Alemania, Perú, la República Democrática de Congo y Nueva York, Estados Unidos, el Rev. Dr. Lee ha llevado a infinidad de almas a los brazos de Dios, y ha recibido un reconocimiento aun mayor como predicador mundial.
El Rev. Dr. Jaerock Lee es el autor de 57 libros, incluyendo sus memorias testimoniales como "Gozando La Vida Eterna ante la Muerte", El "Mensaje de la Cruz", "La Medida de Fe", "Cielo I y II" e "Infierno". Muchas de estas obras han sido traducidas a varios idiomas del mundo.
Rev. Dr. Jaerock Lee actualmente sirve como Presidente de la Iglesia Santidad Unida Internacional, Fundador y Presidente de la junta directiva del Seminario Teológico Santidad Unida, Presidente del Periódico "Evangelización Nacional", Presidente Permanente de la Asociación de Cristiandad de Avivamiento Misionero Mundial, Presidente de la Misión Mundial Manmin, Fundador de Manmin TV, Presidente de la Junta directiva de la Red Global Cristiana (GCN), Presidente de la Junta directiva de la Red Mundial de Médicos Cristianos (WCDN) y Presidente de la Junta de Directores del Seminario Internacional Manmin (MIS).
“¡OH, Dios estás vivo! Me has sanado de todas mis enfermedades!”
El Dr. Jaerock Lee fue el menor de los hijos en su familia. Desde pequeño fue introspectivo, pero muy obediente por lo que sus padres lo amaron mucho. Su padre era un erudito y un estudioso de los autores clásicos chinos y le narraba muchas historias de grandes hombres y héroes. También lo llevaba a numerosas campañas políticas electorales de diferentes candidatos que fomentaron en él la esperanza y el sueño de llegar a ser un gran hombre. No obstante, antes de que cumpliera con su deseo, tuvo que pasar por una vida miserable y sin la seguridad de un mañana mas debido a sus intempestivas enfermedades.
Un día, poco después de su matrimonio y luego de haber conseguido trabajo en una compañía, ofreció una animada fiesta en la que bebió demasiado. Esa noche se sintió muy mal del estomago y, desde ese momento, comenzó el doloroso proceso de su interminable enfermedad. Hizo todo lo posible por curarse, pero más bien la situación parecía complicársele cada vez más y más, llegando a padecer más de 10 diferentes enfermedades.
Incluso, debían ayudarlo cada vez que iba al baño a hacer sus necesidades, ya que no podía mover su cuerpo a causa del reumatismo.
Su esposa y él pensaron que sería muy difícil que la ciencia médica moderna pudiera sanar sus enfermedades, por lo que empezaron a recurrir a los remedios caseros y tradicionales de Corea. Más tarde, llamaron a un chaman o brujo para exorcizar demonios. Pero todo esto resultó inútil y su condición fue empeorando día a día.
Un día, en el mes de abril de 1974, su hermana que vivía en las afueras de la ciudad en un área rural, lo visitó y le pidió que la llevara a la Iglesia Hyunshinae donde se realizaria una reunión cristiana. Él no pudo rechazar su petición y la acompañó caminado con dificultad apoyándose en un bastón.
Cuando llegó al templo vio que mucha gente oraba en voz alta. Se sintió algo incomodo en ese lugar y quiso regresar a su casa. Pero en el momento en que iba a decirle esto a su hermana, se dio cuenta que ella estaba orando fervientemente con sus ojos cerrados. Lo único que pudo hacer fue arrodillarse y cerrar sus ojos. En ese momento sintió un fuerte calor en todo su cuerpo y su espalda comenzó a transpirar.
Cuando regreso a casa después de la reunión, se dio cuenta que todas sus enfermedades en verdad habían sido sanadas. Antes no podía oír bien porque sus tímpanos se habían reventado, pero ahora podía oír bien. Antes no tenía apetito pero ahora su apetito era perfecto. Además de esto, la enfermedad que afectaba
su piel, los tumores o furúnculos en su cuello, habían desaparecido completamente.
Más tarde comprendió que su hermana le había pedido que la llevara a la Iglesia
Hyunshinae para que estuviera presente en la reunión de sanidad, ya que a pesar de sus persistentes e insistentes esfuerzos por evangelizarlo, él no aceptaba a Jesucristo.
Pero aun cuando ni oró a Dios ni le pidió a nadie que orara por él, tan pronto como se arrodilló en la reunión de avivamiento Dios lo sanó inmediatamente con el fuego del Espíritu Santo.
Maravillosos y asombros milagros de sanidades se manifiestan en todo lugar donde el Rev. Lee realiza cruzadas y avivamientos. No solamente las personas que asisten a estas megas cruzadas, sino también muchos de los que la presencian a través de la televisión, vía Satélite o el Internet, han experimentado milagrosas sanidades y las poderosas obras del poder de Dios en el nombre de Jesucristo trascendiendo el tiempo y espacio. Muchos se preguntarán de qué forma el Rev. Jaerock Lee pudo recibir este maravilloso poder de Dios.
Para responder a estas preguntas, veamos primero cómo el Rev. Lee descubre y conoce a Dios, cómo ha creído, ha servido y ha vivido su vida cristiana. Por 7 años sufrió de diversas y graves enfermedades esperando únicamente la muerte. Pero en el momento en que conoció al Dios viviente fue sanado completamente de todas sus enfermedades. Llegó a tener una fe inquebrantable y un amor íntegro y perfecto por el Dios Todopoderoso porque experimentó el poder y el amor de Dios en el umbral de la muerte. Al leer la Biblia, el Rev. Lee comenzó a obedecer lo que la Palabra decía y también
empezó a aplicarla conforme comprendía la voluntad de Dios. Luchaba contra el pecado hasta el límite de sus fuerzas para liberarse de toda clase de maldad, porque se dio cuenta que Dios es luz y que aborrece las tinieblas. Además, oraba y ayunaba muy seguido; y hacía vigilias de oración casi todas las noches para liberarse de todo deseo pecaminoso oculto en el corazón y de cualquier acción pecaminosa.
Llegó a amar a aquellos que lo han perseguido o incluso trataron de matarlo, tal y como la Biblia lo establece. Al estar frente a la muerte confió su vida a Dios, quien gobierna sobre la vida y la muerte, la maldición y la bendición sin depender de los medios del mundo. Amó a Dios más que a cualquier cosa; más que a sus propios padres, su esposa, hijos, hermanos o hermanas. Dedicó su vida al Reino de Dios y Su justicia.
Incluso después de que llegara a ser una vasija pura honrando a Dios con toda su vida, continuo fervientemente pidiéndole a Dios su poder porque anhelaba cumplir con Su voluntad de que todos alcancen la salvación. Ayunó por 10, 15, 21, 30, o 40 días para recibir el poder de Dios, oró de noche y de madrugada por 100 o 200 días seguidos ofreciendo por completo su vida a Dios. Muchas veces subía a las montañas para orar, tener comunión con Dios y ayunar por mas tiempo superando el intenso frió o el calor agobiante.
Ha orado intensamente por el reino de Dios y Su pueblo y Dios le ha concedido más de Su poder porque se ha preparado a como una vasija más pura y perfecta. En tanto que su iglesia experimentaba un gran crecimiento, otras iglesias muchas veces por falta de entendimiento o por celos lo acusaron falsamente. Pero bajo ninguna circunstancia, jamás se ha rendido, ha puesto siempre sus ojos en el Dios Todopoderoso y ha seguido Su justicia, obrando en fe así como lo hiciera Abraham, el padre de la fe, al sacrificar a su único hijo Isaac. Cada vez que ha logrado sobrepasar pruebas, Dios lo ha bendecido con más poder en su ministerio.